No es para menos que la oficialización de la construcción de la hidroeléctrica El Quimbo haya generado opiniones encontradas. En lo personal es una gran oportunidad para el Huila. Definitivamente este proyecto se esperaba desde hace más de tres décadas, inclusive, mucho antes que la misma represa de Betania. Por fortuna en menos de cuatro años será una realidad, independientemente de que se construya con recursos públicos o privados. En mi opinión, creo que lo mejor es que se haga con inversionistas privados, pues hay experiencias donde el Estado construye y luego las vende muy por debajo del precio que costó. Eso el país no lo puede volver a repetir. La construcción de El Quimbo permitirá generar empleo y ojalá todo esto sea con gente y empresas del Huila, las cuales hoy por hoy las tenemos muy competitivas y tienen mucha experiencia. ¡Claro! otras tienen que prepararse mucho más para prestar servicios a este tipo de empresas de alto nivel. Tengo conocimiento que Endesa se encuentra muy interesada en darle una buena participación a la región. Pero hablemos de las preocupaciones, sobre todo de las que nacen de la no muy buena experiencia de la construcción y las oportunidades que generó Betania, especialmente en turismo, piscicultura y deportes náuticos. Definitivamente en aquel momento a la clase dirigente del Huila le quedó grande prospectar esas oportunidades que se generaban en este embalse. No nos preparamos, es claro que no hubo visión desde la misma concepción del proyecto. Por ejemplo, la actividad piscícola en Betania apenas la llevamos explotando industrialmente desde hace menos de 10 años, cuando deberíamos de llevarla hace más de 20, y ni qué decir del aprovechamiento de toda la infraestructura para el turismo. Entonces hay que aprender de esos errores y no repetir la historia. Por eso celebro el compromiso del Gobernador del Huila, de los empresarios, los parlamentarios y de la misma sociedad civil, porque el reto es prepararnos institucional y empresarialmente para aprovechar esas nuevas oportunidades. Esa es una responsabilidad de la dirigencia del Huila, de generar nuestro propio desarrollo. No nos llamemos a engaños, las inversiones en proyectos hidroeléctricos como estos no son malas, al contrario, son bienvenidas; el problema grave es que volvamos a repetir la incapacidad casi total de no aprovechar unas actividades alternas que generan bienestar para la comunidad. Aquí tenemos que actuar propositivamente, pero hay temas que sí se tienen que dejar muy claros, para que todo esto en lugar de resultar un perjuicio, mejore las condiciones de vida de la gente y genere progreso. En conclusión: no esperemos que el charco de El Quimbo esté lleno para ver qué hacemos.
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