REFLEXIONES Y OPINIONES
Por Ariel Rincon Machado

A nivel personal e institucional hemos venido realizando un diagnóstico en las diferentes Instituciones Educativas Públicas de la ciudad de Neiva, ese diagnóstico, va mostrando edificaciones en mal estado, espacios de recreación polvorientos, insuficientes baterías sanitarias, varias carecen de encerramientos y por ende campea la inseguridad, algunas no poseen bibliotecas y mucho menos aulas de informática, los maestros no tienen donde sentarse y hacer reuniones, ni siquiera marcadores, algunos niños reciben su clases sentados en el suelo, éstas son algunas de las características que se están conociendo y que dificultan la enseñanza, paradójicamente es la educación el sector que más recibe recursos de la Nación, pero estos nunca serán suficientes. Ahora hablemos de la población estudiantil, en donde el común denominador es la pobreza y la violencia intrafamiliar. Muchos padres de familia están enviando a sus hijos a estudiar por sólo la posibilidad de un plato de comida, y si no lo obtienen los retiran del plantel. Pero estas dificultades no paran aquí, hay casos que aterran, como el abuso carnal violento de padres a hijas menores de 10 años de edad que causan graves problemas psicológicos; la prostitución infantil en niñas que no superan los 14 años de edad, y que comentan sin recato que han tenido relaciones sexuales por unos zapatos o un vestido, mientras que otras no recibieron ningún pago; la jovencita de escasos 15 años que le cuenta a su madre que su hermano de 11 años tiene relaciones sexuales con su hermana de 9 años y en vez de ser respaldada, por el contrario, es maltratada por su progenitora; jóvenes de los grados de 10 y 11 que venden sus papeletas de drogas en sus respectivos colegios; alumnos de primaria que han tenido que observar como asesinan a sus vecinos o conocidos, y uno se pregunta ¿cuál será el futuro de estos niños, y peor aún que pasará con los hijos que ellos tengan?, -no quiero ni pensar-. Pero esta es la cruel realidad que estamos viviendo, aquella que nos negamos a creer y me duele escribir, porque uno no se imagina que esto esté sucediendo en una ciudad como Neiva, donde le apostamos a un mejor futuro, y pareciera que esa realidad no la vemos, pero ahí está y nos acecha todos los días. Los niños están creciendo en medio de la delincuencia común y van aprendiendo de ella, tanto, que algunos delinquen en sus escuelas. Este es un gravísimo problema social, que si no le ponemos la atención que merece, puede crecer en incalculables proporciones convirtiéndose en una bomba de tiempo que traería lamentables consecuencias. Petter Drucker dice: “No puede haber empresa sana en una sociedad enferma”. Es imperativa la responsabilidad que tenemos en ayudar a que esos niños y jóvenes tengan un mejor mañana, sino lo hacemos, se nos devolverá. Por eso, creo que no es descabellado que empresas y personas apadrinemos colegios, grupos de estudiantes o por lo menos un niño a través de organizaciones sociales. Creo que si lo hacemos en equipo con entrega y dedicación, podemos menguar este grave problema. Los hijos de nuestros hijos no nos perdonarán que les entreguemos una sociedad tan descompuesta, la decisión está en nuestras sus manos, la Cámara de Comercio de Neiva ya empezó.