Columna de opinión

Sábado 5 de Octubre de 2002

Por: Ariel Rincón Machado

                    EL COMERCIO EXTERIOR

Mucho se ha venido hablando y escribiendo en las últimas semanas sobre el deseo de que nuestra región participe efectivamente en la dinámica de los mercados internacionales, con productos huilenses de tradición y otros potenciales, fruto de algunas investigaciones de demanda extranjera, que implican toda una transferencia tecnológica, pero por sobretodo, un cambio radical en la mentalidad empresarial del Opita. Si este deseo compartido por todos los huilenses se hiciera realidad, cambiaría la dinámica comercial del Departamento y los procesos de desarrollo serían más acelerados, se reactivaría el empleo, y el Huila empezaría a posicionarse como un Departamento que produce con calidad, se generarían mayores niveles de impuestos para invertir en política social y mejorar las condiciones de vida de la población, en últimas el corazón verde de Colombia, pacífico, solidario y emprendedor. Sin embargo, no basta con los buenos deseos y cada vez se hace más urgente actuar en el cómo lograrlo; particularmente creo que el país ha venido aprendiendo de situaciones ineludibles y dolorosas, como la Apertura Económica en 1994, que llegó sin estar preparados, lastimando la industria, la agricultura y el comercio entre otros sectores de la economía, era la realidad de un mercado globalizado que debimos asumir a un costo muy alto, que exigió preparación y trazar políticas claras del cómo internacionalizar el país, con productos y grandes niveles de producción, empezando con misiones y pequeñas muestras comerciales que den una idea a nuestros empresarios del contexto internacional. Bienvenido fue para el país el estudio de competitividad soportado por las Cámaras de Comercio, de allí se desprendió el estudio y puesta en marcha de programas de exportación en varias regiones que han aprovechado su potencial desarrollando estrategias y oportunidades; afortunadamente para el Huila, contamos con el estudio de competitividad, muy bien logrado por Germán Palomo, tenemos el estudio de internacionalización de nuestra economía, adelantado por el Gobierno Departamental, ya definimos la visión a 2020 y, finalmente se hizo el Plan Estratégico Exportador que obedeció a una política Nacional, incorporando a todos los actores, pero lamentablemente no hemos podido implementar un plan de acción colectivo para potencializar esos insumos que nos darían verdadero norte a la realidad exportadora. Esto sólo lo lograremos cuando las instituciones públicas y privadas de la mano con la academia y los empresarios, asumamos una actitud propositiva y entendamos que las políticas internacionales van muy rápido en contraste con la actitud opita, sólo lograremos una cultura exportadora cuando interpretemos la misma partitura y actuemos con desprendimiento, de acuerdo a las realidades internacionales sólo así saldremos adelante.