Resulta preocupante de sobremanera la renuncia de los tres negociadores del Gobierno Colombiano en el tema de medicamentos en el marco de las Negociaciones del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Valerosa y patriótica la posición de esos negociadores empleados del Gobierno Nacional que prefirieron renunciar a sus trabajos antes que comprometer a su juicio, la estabilidad del sistema de salud de un país como Colombia.
La pregunta obligada que debemos hacernos es, ¿por qué renunciaron?. La respuesta apenas previsible, es que definitivamente en materia de medicamentos el país y los colombianos, vamos a perder frente a un gigante americano.
A cómo de lugar, Estados Unidos pretende imponerle a Colombia los medicamentos de marca de sus laboratorios y sacar de tajo los genéricos, solo para colocar un ejemplo, una pastilla de marca cuesta 10.000 pesos, un genérico cuesta un poco menos de 1.000 pesos. Si la posición dominante de Estados Unidos se impone, creo que el sistema de salud colapsará y la gente de bajos ingresos, no tendrá derecho a enfermarse.
Hemos escuchado afirmaciones hechas por personas que conocen del tema como Germán Holguín, quien dirige la ONG Misión Salud, quien pregona la tesis de que si se aprobaran las solicitudes norteamericanas, empeoraría la salud en nuestro país en el que "la gente no se moriría de muerte natural, sino de la falta de acceso a los medicamentos".
Los Tratados de libre comercio son necesarios firmarlos, no solamente con los Estados Unidos, sino con países Europeos, Asiáticos, Centroamericanos entre otros. Pero esa firma debe hacerse bajo la conveniencia de los intereses nacionales. Debemos aplicar el dicho popular, despacio que vamos de afán, y no la frase del Presidente Uribe, hay que firmar rapidito, rapidito; pues, lo que está en juego es el futuro del país y de todos los colombianos.
Es justo que sopesemos muy bien las oportunidades y las amenazas del Tratado que estamos negociando, creo que es completamente necesario y obligado actuar con prudencia, para que definitivamente quienes ganen con la aprobación de éstas negociaciones sea la gran mayoría de los colombianos.
No es el momento de dejarnos presionar de ese “supuesto” país aliado para que se firme algo que no le vaya a convenir al país. La salud y el sector agropecuario, son temas trascendentales que nos deben preocupar.
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